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Porque las palabras escritas
están hechas para compartirlas con los demás…
Cuando son propias es un
placer.
Cuando proceden de mis amigos son, además, un orgullo.
DE LUCI GARCÉS
en un horario
canoso e irregular.
Destilan
cansancio en un alambique
en el que el
cobre da latigazos de luz.
Sueño con
retorcidos zarcillos de vid
trepando por
las vigas del emparrado.
Te corono con
amapolas y espigas
que punzan
hábiles mis dedos.
Sangro.
Una gota de
salada inmensidad
danza de mi
lacrimal
al borde de
mi labio tembloroso.
Gimo.
La elipsis
del ocaso se cierra en añil,
violetas
jubilosos, rasgos rojizos
y amarillos y
puntos brillantes sin azar.
Llega la
noche mientras te alejas.
Muero.
Luci Garcés
HOLOCAUSTO DE FLORES NEGRAS
DE CARMEN AMARALIS
A su paso florecen los reclamos.
"Te necesito madre de la luz, ven a aclarar esta confusión de números y
cálculos" y es entonces cuando ocupa su tiempo con ecuaciones perfectas
que sirven para descifrar sus horas.
"No te mueras, madre de las celdas, prisionera está la vida entre tus manos"
y cae en un precipicio fuerte y hondo, mientras el aire refresca un rostro
hinchado y rojo, y la energía eléctrica consigue mejorar su rendimiento, para
poner luces falsas donde reina la oscuridad.
"Te necesito hija de las frases poéticas, si te marchas a las sombras,
¿Quién poblará de risas mi holocausto?" y es entonces cuando escribe, para
que el pájaro de la noche se aleje y no caigan más flores muertas a sus pies.
Carmen Amaralis
ALBA Y
DESTRUCCIÓN DE
DE ALENA
Y esa oscura
melancolía de las pausas, despierta,
- espacio
interminable- insidiosa y lenta, crótalo,
Entronizó
volúmenes, los convirtió en acero.
No dormía la serpiente
a contrapelo de los años…
Pero la luz que
no descansa en la noche, la luz que ilumina
-estandarte-,
titilaba – lejana- entre la bruma del invierno.
Aquí, donde
antes no había nada, y palabras rotas en la muralla
Rebotaban contra
paredes de nieve y lodo, donde el reptil – siseo-
Habitaba,
reinando otra vez en esplendor de duelo y abandono,
Aquí, donde hubo
que crear otra vez un mundo, sueño del viento-
Erguida y pura
se alzaba la aurora, temblor de labios asustados.
No cesaba la
serpiente de estrangular al amanecer celeste.
Pero el alba
tiene raíces aquí donde antes no había nada,
Raíces como la
sangre alzándose después del cauterio,
Y crece y la luz
ciega los ojos abiertos de la bestia.
Oh, árbol,
despliégate en savias…capitán de la alegría;
En espera de la
esperanza la serpiente se muere y nace el canto.
Aquí antes no
había nada y ahora me crecen palabras.
Alena. Collar.