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Porque las palabras escritas están hechas para compartirlas con los demás…
Cuando son propias es un placer.
Cuando  proceden de mis amigos son, además, un orgullo.

Emma Rosa              

                               

Composición hecha en el Fórum Letras Libres.

Emma, Lola, Alena, Pilar y Virgina

POEMA A CINCO VOCES

Entonces, le crecieron ramas al viento
y escuché el murmullo en verde de tus palabras.

Y hasta el mar
encrespó sus olas
para ver mejor el milagro que ocurría tierra adentro.

Me detuve junto al roble y me trajo tus manos.

Entre los murmullos verdes…

Integrada en uno de los círculos
encontré el espíritu del Edén
al hacerme amiga de su sombra.

Porque le crecieron ramas al viento…

Las sombras circulan por los laberintos
buscando salidas perdidas, mientras
las ramas sacuden el verde de tus palabras
y éstas caen en remolino tornándose amarillas.

Y yo escuché aquellos murmullos…

Palabras dejando recuerdos,
en el corazón de antaño;
como lucecitas encendidas
que devolvieran los pasos.

Mientras en remolino del viento
nuestros pies van acolchando
hojas rebeldes
sacrificadas al otoño,
abatidas en un aquelarre sin noches,
rehenes de unas raíces
que exigen su silencio para nutrir la tierra...

… Cuando le crecieron ramas al viento…


Lola, Alena, Pilar, Virginia y Emma





¿AGONIZO?

DE LUCI GARCÉS

 

 Las sombras se desnudan solas

en un horario canoso e irregular.

Destilan cansancio en un alambique

en el que el cobre da latigazos de luz.

 

Sueño con retorcidos zarcillos de vid

trepando por las vigas del emparrado.

Te corono con amapolas y espigas

que punzan hábiles mis dedos.

 

Sangro.

Una gota de salada inmensidad

danza de mi lacrimal

al borde de mi labio tembloroso.

 

Gimo.

La elipsis del ocaso se cierra en añil,

violetas jubilosos, rasgos rojizos

y amarillos y puntos brillantes sin azar.

Llega la noche mientras te alejas.

 

Muero.

 

Luci Garcés

 

 

      HOLOCAUSTO DE FLORES NEGRAS

     DE     CARMEN AMARALIS

 

 Aunque hay momentos en que los jazmines le caen muertos a sus pies y desearía que todo el aire se acabara y dejar esa carrera sin frenos, donde desbocada va de cielo ajeno a cielo ajeno, no puede. Ayer una nube gris cubría todo su espacio. Volteó con detenimiento su cabeza y no encontró ni una sola justificación a su melancolía. De la máquinadel tiempo salía una melodía alegre que la entristecía. Un llamado ciego, con ojos luminosos, retumbaba en la oscuridad del cuerpo.
A su paso florecen los reclamos.
"Te necesito madre de la luz, ven a aclarar esta confusión de números y cálculos" y es entonces cuando ocupa su tiempo con ecuaciones perfectas que sirven para descifrar sus horas.
"No te mueras, madre de las celdas, prisionera está la vida entre tus manos" y cae en un precipicio fuerte y hondo, mientras el aire refresca un rostro hinchado y rojo, y la energía eléctrica consigue mejorar su rendimiento, para poner luces falsas donde reina la oscuridad.
"Te necesito hija de las frases poéticas, si te marchas a las sombras, ¿Quién poblará de risas mi holocausto?" y es entonces cuando escribe, para que el pájaro de la noche se aleje y no caigan más flores muertas a sus pies.

Carmen Amaralis



ALBA Y DESTRUCCIÓN DE LA SERPIENTE

DE ALENA

 

 Aquí antes no había nada… extra radios del silencio;

Y esa oscura melancolía de las pausas, despierta,

- espacio interminable- insidiosa y lenta, crótalo,

Entronizó  volúmenes, los convirtió en acero.

 

No dormía la serpiente a contrapelo de los años…

 

Pero la luz que no descansa en la noche, la luz que ilumina

-estandarte-, titilaba – lejana- entre la bruma del invierno.

 

Aquí, donde antes no había nada, y palabras rotas en la muralla

Rebotaban contra paredes de nieve y lodo, donde el reptil – siseo-

Habitaba, reinando otra vez en esplendor de duelo y abandono,

Aquí, donde hubo que crear otra vez un mundo, sueño del viento-

Erguida y pura se alzaba la aurora, temblor de labios asustados.

 

No cesaba la serpiente de estrangular al amanecer celeste.

 

Pero el alba tiene raíces aquí donde antes no había nada,

Raíces como la sangre alzándose después del cauterio,

Y crece y la luz ciega los ojos abiertos de la bestia.

 

Oh, árbol, despliégate en savias…capitán de la alegría;

En espera de la esperanza la serpiente  se muere y nace el canto.

 

 

Aquí antes no había nada y ahora me crecen palabras.

 

Alena. Collar.

 


                          




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